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Feliz año nuevo, GUANCHE.

No es casualidad que toda nuestra gente del campo (verdaderos magos) se encuentren en plena cogida de papas, unos días felices entre familia y amigos que se reunen para trabajar y celebrar sus cosechas, haciendo realidad la Canarias más auténtica. Están nuestros cabreros que bajan con el ganado a la mar un año más, así reviviendo un ritual ancestral donde ahora se suman al renovador chapuzón otros, con diferentes tipos de bestias (como se las llama en zona de alzados), o, incluso con animales domesticos. Tampoco es casualidad que por estas fechas se vengan ya celebrando las romerias más tradicionales, fiestas que desde siempre han protagonizado nuestros magos para festejar el éxito de sus cosechas, siguiendo una arraigada costumbre guanche -aunque transformada entre los avatares históricos- para agradecer a Magek los frutos del anterior periodo y el comienzo de otro nuevo en su explosión de fecundidad. No es casualidad que Sabino Berthelot, en el siglo XIX, se quedara prendado y narrara con tanto entusiasmo las fiesta de San Isidro (Patrón de los labradores, aunque más acertado sería decir de los magos) en la Orotava, es una de las pocas narraciones de la época donde se detalla «la fiesta de la Primavera, del despertar de la naturaleza» -así nos la presenta Sabino dos siglos atrás- y en la cual ya se tapizaban las calles con flores y retamas pero no para pasear sobre ellas ninguna proseción sino dedicadas al regocijo popular en sus festejos de San Isidro; esta tradición floral se arraiga desde los guanches aunque más tarde el catolicismo la haya moldeado como así hizo con muchas otras tradiciones autóctonas:

_Todos los pueblos del Valle acuden a la fiesta: llegan al son de las guitarras y de sus canciones. Entré en la Villa rodeado de una alegría bulliciosa, entre grupos de marchosos campesinos y de muchachas de animados rostros. Guirnaldas, gallardetes y banderas ondeaban por todos sitios y pasé bajo verdes arcos triunfales. ¿Y que voy a decirle a usted de la fiesta? Veinte páginas serían pocas. Además, usted no podría respirar la dulce fragancia de las flores , ni este aire vivificante que nos envuelve. No podría escuchar ese rumor en que se mezclan gritos de alegría y cantos populares. Es precioso haber oído todo esto, haberlo visto para comprender la embriaguez que produce tal espectáculo, mezcla de sencillez y de lujo, de trajes campesinos y elegantes atuendos.

Los barrancos y las montañas participaban en el ornato de la fiesta: las más bellas lauráceas de la flora canaria estaban presentes en los ramajes y guirnaldas de los arcos de triunfo. La ermita de San Isidro estaba tapizada de follaje y flores, que se habían traido desde todos lugares del Valle. Entre las danzas y los regocijos populares se hubiera podido hacer una selecta y abundante herborización: el brillante codeso de la cumbre cubierto con sus panículos de un amarillo dorado; junto al codeso, la retama de las Cañadas, de tan agradable perfume; más allá, la Cineraria Multiflora, grandes tirsos de arrebol o tajinaste, jibalbera de tallos floridos cuyas ramas serpentean en elegantes festones. ¡Era maravilloso! No le hablo todo cuanto alfombraba el suelo y nosotros pisoteabamos.

Para nuestros ancestros el año comenzaba con el solsticio de verano, rindiéndose honores a Magek y a su fecunda naturaleza. Se tenía como reseña hechos naturales, universales y realmente trascendentales, ellos no entendía de las correrías de un mortal más allá del mar, en tierra lejana y desconocida, no se tenía constancia de un tal Sheshong ni de sus aspiraciones imperialistas; de hecho, aún en la actualidad a cualquier canario le resultaría tan raro como curiosamente exótico o distante el pretendido año nuevo amazigh -que no canario ni guanche-, 2955, como lo pueda ser el año nuevo chino.

Tenemos un tradición y una cultura propia, isleña y muy rica. Ya va siendo hora de que empecemos a darnos cuenta de ello y dejemos de mimetizar realidades foráneas pretendiendo sentirnos realizados con tanto artificio. Hasta cierto punto, es comprensible la endofobia e intento de suplantación cultural por parte de un reconocido reaccionismo españolista en Canarias, pero, si caemos en los mismos vicios -aunque esta vez no degeneren de Europa sino desde el continente africano- dentro del nacionalismo, o peor aún, dentro de una necesaria reorganización independentista, nunca conseguiremos avanzar. NUESTRO PUEBLO NO ES TONTO, trabajemos por conseguir lo que demanda: reafirmar una identidad propia (nunca extrapolar foraneas), progreso y libertad, eso es todo.

«Feliz solsticio de verano»

FELIZ AÑO NUEVO, GUANCHE.